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¿Qué es la ciática? Causas y ejercicios para que la alivies

La ciática es la afectación del nervio ciático, que se extiende desde la parte inferior de la espalda, es decir, los lumbares, y baja por los glúteos, los isquiotibiales y la parte inferior de la pierna. Se trata de una lesión del sistema nervioso, y suele afectar únicamente a un lado del cuerpo. Se puede describir como un dolor punzante o agudo, que puede dejar la sensación de hormigueo, adormecimiento o pérdida de fuerza del lado afectado.

Descubriendo el nervio ciático: la clave para comprender la ciática

El nervio ciático es el más largo, voluminoso y grande del cuerpo humano. Recorre toda la parte posterior de tu pierna y llega hasta el pie.

Se origina en la base de la columna vertebral debido a la combinación de fibras sensoriales y motoras de los nervios espinales (L4 a S3). En consecuencia, decimos que es un nervio mixto. Dichas fibras confieren sensibilidad y función a las extremidades inferiores, haciendo posible acciones como:

  • Ponerse de pie
  • Correr
  • Levantar pesas
  • Caminar
  • Escalar

De manera aproximada, el 16 % de la población presenta variaciones en la estructura anatómica del nervio ciático. Esto contribuye al riesgo de desarrollar dolor de ciática por irritación de la raíz nerviosa, pinzamiento o atrapamiento.

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE LA CIÁTICA?

Como queda claro, la principal sintomatología que causa la ciática es el dolor, que suele ser muy agudo y constante, resultando en algunas ocasiones muy invalidante.

Pero conviene matizar que el dolor va a ser diferente en función del grado de afectación y del tiempo que lleve el paciente sufriendo estas molestias.

De esta manera, si el dolor es agudo o reciente, los síntomas serán:

  • Sensación de descarga eléctrica.
  • Parestesias (hormigueo) a lo largo de la pierna.
  • Alteraciones en la sensibilidad de la piel (hipoestesias).

Pero si el dolor está cronificado, además de los síntomas anteriormente descritos, el paciente también experimentará:

  • Sensación de quemazón.
  • Exceso de sensibilidad en la piel (disestesia).

Otros síntomas que suelen cursar con ciática son:

  • Dolor radicular lumbosacro en la pierna.
  • En casos muy agudos, imposibilidad de flexionar correctamente la rodilla y el pie.
  •  
  • Debilidad muscular.
  • Disfunción de la marcha.
  • Bloqueo articular.
  • Dificultad a la hora de sentarse.
  • Dificultad para ponerse de pie.
  • Alteración sensorial calor y frío, hormigueo o sensación de ardor en las piernas.

 

El diagnóstico y los exámenes para la ciática que debes hacer

Antes de hablar de cómo curar la ciática, debemos tener un diagnóstico claro al respecto. Por ello, lo primero que debemos hacer es descartar una falsa ciática.

En este sentido, se pueden realizar diferentes estiramientos para la ciática como el del nervio ciático y el del femoral, que ayudan a confirmar el diagnóstico. Asimismo, se pueden valorar el reflejo rotuliano, el isquiotibial, el aquíleo y la sensibilidad de diferentes dermatomas.

Para finalizar, hay varias pruebas de fuerza que nos ayudan a determinar si estamos o no ante un problema de ciática. Estas se centran en el cuádriceps, los gemelos y el tibial anterior.

Estos test se suelen acompañar de pruebas de imagen para ratificar el diagnóstico, como una radiografía o una resonancia magnética. Aunque solo se recomiendan cuando la sintomatología perdura durante 3 meses.

Por último, también se puede realizar una electromiografía, ya que nos ayuda a valorar el estado del nervio y si pierde fuerza o sensibilidad.

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA CIÁTICA?

La causa principal es por un pinzamiento del nervio ciático en alguna parte de su recorrido. Esto puede deberse a múltiples factores:

  • Hernia discal lumbar: cuando parte del disco intervertebral (núcleo pulposo) se desplaza hacia la raíz nerviosa, produciendo presión y un intenso dolor.
  • Estenosis de canal lumbar: cuando se produce un estrechamiento a nivel lumbar del conducto vertebral, ya sea porque crece el hueso o porque crece el tejido, o por ambas causas.
  • Padecer otras patologías de base en las vértebras lumbares. como artrosis o artritis.
  • Espondilolistesis: cuando se da un desplazamiento de una vértebra sobre otra; por ejemplo, la vértebra L5 se desplaza sobre la vértebra S1, produciendo presión sobre el nervio ciático, y con ello dolor.
  • Tejido cicatrizal: por una lesión anterior mal curada, como puede ser una rotura muscular isquiosural, y que esa cicatriz produzca compresión de la raíz nerviosa del nervio ciático.
  • Distensión muscular: en una primera fase aguda de una distensión muscular se produce una inflamación del músculo que puede estar comprimiendo el nervio.
  • Disfunción de la articulación sacroilíaca.
  • Ciática durante el embarazo: es común que las gestantes tengan problemas a nivel lumbar, lumbago con ciática o ciática solamente, ya que su centro de gravedad se modifica por el peso del feto, causando la compresión del nervio.
  • Practicar habitualmentedeportes con mucho impacto.
  • También puede deberse a otras causas menos clínicas y más relacionadas con el estilo de vida, como llevar una vida excesivamente sedentaria, sufrir sobrepeso o hacer un uso excesivo de zapatos de tacón o tener malos hábitos de higiene postural.

Consejos y recomendaciones para reducir la inflamación y el dolor de la ciática

  • Reposo relativo, únicamente durante los 2 primeros días. Después no conviene tener un reposo absoluto, porque debilitará la musculatura.
  • Añadir una rutina de ejercicio físico de bajo impacto en nuestro día a día, como, por ejemplo, caminar durante 15 minutos.
  • Poner una COMPRESA CALIENTE sobre la zona lumbosacra durante un máximo de 15 minutos al día.
  • Realizar alguna actividad que nos ayude a fortalecer la faja abdominal y la musculatura profunda, como, por ejemplo, pilateso yoga.
  • Mejorar nuestra postura en el trabajo, nuestra forma de agacharnos y de coger objetos.
  • Combinar todo esto con estiramientos de espalda, isquiotibiales y piramidal.

Tratamientos efectivos para la ciática

El tratamiento de la ciática puede incluir una combinación de terapias médicas y ejercicios, recomendados por un profesional. Algunos de los tratamientos más comunes son:

  • Fisioterapia.
  • Ejercicios de fortalecimiento y estiramiento.
  • Medicamentos para controlar el dolor.
  • Inyecciones de cortisona.
  • Cirugía (en casos graves).

¿Cómo puede ayudarte un fisioterapeuta a tratar la ciática?

Un fisioterapeuta puede ayudarte a tratar la ciática de varias maneras, incluyendo:

  • Evaluación exhaustiva de tu condición, historial médico, movilidad y dolor.
  • Desarrollo de un plan de tratamiento personalizado con ejercicios específicos para fortalecer los músculos y mejorar la flexibilidad.
  • Técnicas manuales como masajes y terapia manual para aliviar el dolor y reducir la inflamación.
  • Consejos sobre mejora de postura y ergonomía para evitar futuras lesiones.

En resumen, un fisioterapeuta es clave para tratar la ciática. Con una combinación adecuada de evaluación exhaustiva, ejercicios específicos, consejos prácticos y un tratamiento personalizado, puede ayudarte a reducir el dolor y mejorar tu movilidad y calidad de vida.