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LESION DE MEÑISCO

meñisco con lesion

¿Qué es una lesión de menisco?

El menisco es un cartílago situado en el interior de la articulación de la rodilla. Tiene forma semilunar y su principal función es aumentar la profundidad de la superficie relativamente plana de la parte superior de la tibia y funcionan como amortiguadores y estabilizadores. Cuando nos referimos a la lesión de uno o ambos meniscos hablamos del daño o ruptura de estas estructuras como resultado de varios factores como giros bruscos, movimientos repetitivos o degeneración relacionada con el envejecimiento.

Hay diferentes tipos de lesiones de meniscos, entre las cuales se incluyen:

Desgarro meniscal: Es la lesión más común y ocurre cuando el menisco se rompe parcial o completamente. Esto puede suceder debido a un movimiento repentino mientras se carga peso sobre la rodilla, como al girar o agacharse, si saltamos y no flexionamos la rodilla, por una rotación de la rodilla (cambio de dirección mientras caminamos o corremos.

El tratamiento terapia física y rehabilitación para un desgarro de menisco generalmente se enfoca en reducir el dolor, mejorar la función de la rodilla y prevenir complicaciones a largo plazo. Aquí te detallo algunos aspectos importantes del tratamiento:

Control del dolor y la inflamación: El terapeuta físico puede utilizar técnicas como el uso de hielo, compresión y elevación para reducir la inflamación y aliviar el dolor agudo inicial.

  1. Movilización y estiramiento: emplearemos técnicas suaves de movilización articular y estiramientos específicos para mejorar la movilidad de la rodilla y reducir la rigidez que puede desarrollarse después de un desgarro meniscal.
  2. Fortalecimiento muscular: Es fundamental fortalecer los músculos alrededor de la rodilla, especialmente los cuádriceps y los músculos isquiotibiales. Esto ayuda a estabilizar la articulación y reducir la carga sobre el menisco lesionado.
  3. Reeducación neuromuscular: Se pueden realizar ejercicios para mejorar la propiocepción y la coordinación muscular, lo cual es importante para restaurar la estabilidad y la función adecuada de la rodilla.
  4. Entrenamiento funcional: Incluye ejercicios que simulan las actividades diarias o deportivas que el paciente realiza, ayudando a reintegrarse a las actividades normales de manera segura.
  5. Educación y consejo: El terapeuta físico   proporciona educación sobre la lesión de menisco, instrucciones sobre el manejo de síntomas, y consejos sobre actividades y técnicas para prevenir futuras lesiones. En algunos casos, si los síntomas persisten o son severos, puede ser necesario considerar opciones adicionales como la cirugía para reparar o extirpar el menisco lesionado, pasar a ser evaluado por el traumatólogo.

Es fundamental seguir las recomendaciones del terapeuta físico y ser constante con los ejercicios y el programa de rehabilitación para optimizar la recuperación y evitar complicaciones a largo plazo

ambos meñiscos lesionados
  • Degeneración meniscal: Con el tiempo, los meniscos pueden degenerarse debido al desgaste natural o a la edad, volviéndose más propensos a desgarros o lesiones.

l tratamiento fisioterapéutico para la degeneración meniscal tiene como objetivo principal aliviar el dolor, mejorar la función de la rodilla y prevenir la progresión de la degeneración. Aquí te explico los enfoques más comunes:

1.      Control del dolor y la inflamación: Similar al tratamiento para un desgarro meniscal, se utilizan técnicas como la aplicación de hielo, compresión y elevación para reducir la inflamación y aliviar el dolor.

2.      Ejercicios de fortalecimiento muscular: Se enfoca en fortalecer los músculos que rodean la rodilla, especialmente los cuádriceps, los músculos isquiotibiales, y los músculos de la pantorrilla. Un fortalecimiento adecuado ayuda a estabilizar la rodilla y mejorar la función biomecánica.

3.      Ejercicios de estiramiento y movilización: Para mejorar la flexibilidad y la movilidad articular, ayudando a reducir la rigidez y mejorar la capacidad de movimiento de la rodilla.

4.      Entrenamiento de la marcha y reeducación neuromuscular: Se pueden incluir ejercicios específicos para mejorar la forma de caminar y la coordinación muscular, lo cual es importante para prevenir la sobrecarga en la rodilla afectada y mejorar la estabilidad articular.

5.      Técnicas de modalidades físicas: Esto puede incluir el uso de calor, ultrasonido, electroterapia, o terapia láser de baja intensidad, dependiendo de la situación y la respuesta del paciente.

6.      Educación y manejo de la actividad: El fisioterapeuta proporciona educación sobre la degeneración meniscal, incluyendo recomendaciones sobre actividades físicas adecuadas, modificaciones en el estilo de vida, y estrategias para prevenir el empeoramiento de la condición.

7.      Monitoreo y seguimiento: Es crucial que el progreso del tratamiento sea monitoreado regularmente por el fisioterapeuta para ajustar el plan de tratamiento según sea necesario y asegurarse de que se están alcanzando los objetivos de rehabilitación.

Es importante tener en cuenta que la degeneración meniscal puede ser parte del proceso natural de envejecimiento de la rodilla, y aunque la fisioterapia puede ayudar a manejar los síntomas y mejorar la función, en algunos casos puede ser necesario considerar otras opciones de tratamiento como la administración de medicamentos para el dolor, inyecciones de corticosteroides, o incluso la cirugía en casos graves o persistentes.

Cada plan de tratamiento debe ser adaptado a las necesidades individuales del paciente, teniendo en cuenta factores como la edad, la actividad física y la gravedad de la degeneración meniscal.

. Lesiones complejas: A veces, los desgarros pueden ser más complejos, involucrando tanto el cuerpo como el borde del menisco, o implicando varios fragmentos.

Los síntomas comunes de una lesión de menisco incluyen dolor en la rodilla, inflamación, sensación de bloqueo o trabamiento al mover la rodilla, y dificultad para enderezar completamente la pierna. El diagnóstico se realiza generalmente a través de la historia clínica, el examen físico y pruebas de imagen como la resonancia magnética.

El tratamiento varía dependiendo de la gravedad de la lesión y puede incluir reposo, aplicación de hielo, medicamentos antiinflamatorios, fisioterapia, y en algunos casos, cirugía para reparar o extirpar la parte dañada del menisco.

Es crucial buscar atención médica si sospechas que tienes una lesión de menisco, ya que un tratamiento adecuado puede ayudar a prevenir complicaciones a largo plazo y mejorar la recuperación.